Lectura: Josué 2:1-24

No sé si alguna vez te has preguntado ¿por qué Rahab, la prostituta quien vivía en la ciudad de Jericó, le abrió las puertas de su casa a los espías israelitas?  ¿Qué la hizo tener la valentía para arriesgarse de tal manera y empezar a confiar en un Dios que no era el suyo?

Esta conversión se debió a un tema que pasamos por alto, ella había escuchado las historias sobre el Dios de estos forasteros israelitas.  A pesar de vivir en un entorno pecaminoso e inmoral, el corazón de Rahab había sido atraído hacia Dios, y esto se registra en el verso 2:10 del libro de Josué: “Porque hemos oído que el Señor hizo que las aguas del mar Rojo se secaran delante de ustedes cuando salieron de Egipto, y lo que han hecho a los dos reyes de los amorreos al otro lado del Jordán a Sejón y a Og, a los cuales han destruido por completo”.

Estas historias se habían esparcido en la ciudad, y la que fue una vez una inexpugnable ciudad fortificada, ahora estaba vulnerable debido a las historias del Dios al cual servía el pueblo de Israel (v.11).  Dentro de esos corazones paganos asustados, surgió la fe de esta valiente mujer Rahab, quien desempeñó un rol estratégico en la caída de Jericó y posteriormente tuvo el privilegio de estar en la genealogía de nuestro Señor (Mateo 1:5).

  1. Cuenta a otros las historias de la Biblia, nunca sabes quién podría tener un corazón listo para el llamado de nuestro Señor.
  2. ¡Sé valiente, comparte la Biblia!

HG/MD

“Al oír esto, nuestro corazón desfalleció. No ha quedado más aliento en ninguno a causa de ustedes, porque el Señor su Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra” (Josué 2:11).