Lectura: Salmos 34:4-8
“Él es escudo a todos los que en él se refugian…” (Salmos 18:30), cuan hermosas y reconfortantes son estas palabras, en ellas resalta la palabra: “refugian”; en hebreo esta palabra significa: “esconderse en”, “refugiarse en”, da la idea de tener un lugar seguro donde guarecerse.
En muchas ocasiones nos encontramos cansados del camino que transitamos, agobiados por los problemas, heridos nuestros amigos o rodeados por nuestros enemigos, pero aun estando esos momentos, podremos encontrar refugio seguro en Dios.
Algo que debemos tener claro, es que este mundo no puede ofrecernos seguridad completa, si creemos que es así nos engañamos, pues el único que puede darnos tranquilidad, gozo y seguridad es Dios; debemos correr a Su presencia por medio de la oración, sólo en Él podemos refugiarnos mientras pasa la tormenta: “…ten misericordia de mí porque en ti ha confiado mi alma. En la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen las calamidades” (Salmos 57:1).
Cada día en este mundo nos presenta nuevos desafíos, pero sólo tendremos la fortaleza de hacer frente a ellos, si incluimos a Dios permanentemente en nuestras vidas, no solamente cuando se presentan las tormentas.
- La seguridad no se halla en la ausencia del peligro, sino en estar siempre en la presencia de Dios.
- En Dios estamos seguros y bendecidos.
HG/MD
“Prueben y vean que el Señor es bueno. ¡Bienaventurado el hombre que se refugia en él!” (Salmos 34:8).