Lectura: Job 23:1-12
En 2014, la nave espacial VSS Enterprise, la cual era el primer modelo de SpaceShipTwo, propiedad de la compañía Virgin Galactic, explotó durante un vuelo de prueba; como resultado el copiloto murió, mientras que el piloto sobrevivió milagrosamente al ser expulsado de la nave. Los investigadores determinaron lo que había sucedido, se trató de un error humano del copiloto cuando operó inadecuadamente uno de los equipos. El título de un artículo periodístico decía: “¿Por qué el copiloto experto se equivocó?, siguen las dudas”.
En la vida experimentamos muchas situaciones para las cuales no tenemos una explicación. Algunas catástrofes tienen consecuencias generales, pero otras son personales y afectan directamente nuestra vida y la de nuestros seres queridos.
Por supuesto, quisiéramos saber las razones, pero algunas veces las preguntas superan las posibles respuestas. Y a pesar de que hay momentos cuando llegamos al punto de hacerle reclamos a Dios, Él con su misericordia nos extiende su amor inalterable.
Ese fue el caso de Job quien luego de perder en un mismo día a sus hijos y todo cuanto tenía (Job 1:13-19), se fue hundiendo poco a poco en el enojo y la depresión, rechazando todo intento de explicación de sus amigos. No obstante, él aún guardaba la esperanza de que algún día el Señor le explicaría las razones por las que le habían acontecido tales males. Por eso, en medio de su confusión, dijo esto acerca de Dios: “… él conoce el camino en que ando; cuando él me haya probado saldré como oro” (Job 23:10).
Oswald Chambers (1874-1917) escribió sobre la esperanza: “Llegará el día en que el toque personal y directo de Dios explicará de manera amplia y sorprendente toda lágrima y perplejidad; opresión y angustia; sufrimiento y dolor; perjuicio e injusticia”.
- Ante las dudas de la vida, el amor y las promesas de Dios nos ayudan y nos brindan esperanza.
- ¡Señor, en ti confió!
HG/MD
Que el Dios de esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer, para que abunden en la esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13).
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