Lectura: Juan 5:1-9
Luego de trasladar su hogar a la estratégica ciudad de Capernaúm, Jesús ha completado su ciclo. Inició en Jerusalén, luego Judea, Samaria y finalmente Galilea. En cada uno de estos lugares Él hizo un llamado de: “Ven y Ve” a las personas. Jesús se ha dedicado a conversar con los habitantes de Jerusalén, Judea, Samaria y Galilea acerca de quién es Él. Les ha explicado claramente que Él es: “Hijo Unigénito de Dios”, el Mesías enviado por el Padre, el único camino al Padre y que “todo aquel que en Él cree no se pierda más tenga vida eterna.” Aquellos que han creído en Jesús han sido llamados por segunda vez, con el llamado de: “Sígueme”. Él llamó a quienes creyeron a seguirle, a mirarlo de cerca, como vivía y a imitar su vida de fe y a ser guiados por el Espíritu Santo.
Nuevamente es tiempo para que Jesús regrese a Jerusalén para que pueda establecerse como líder de este nuevo movimiento. Juan 5:1 dice al iniciar la aventura: “Algún tiempo después, se celebraba una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.” Guiado por el Espíritu Santo, Jesús sube a Jerusalén a celebrar la fiesta de los judíos y acá dará el discurso más profundo de quien es Él. Llamará a cinco testigos a su favor. Jesús iniciará su aventura al ir a la Puerta de las Ovejas, al lado este del muro, en la ciudad de Jerusalén. A través de esta puerta, se llevaban las ovejas al sacrificio en la ciudad. Por la entrada de la Puerta de las Ovejas había un estanque llamado Betzatá que significa “casa de misericordia”. El estanque estaba rodeado por cinco pórticos o atrios (áreas cubiertas alrededor del estanque). Juan nos dice que por este estanque: “se hallaban tendidos muchos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos.”
Cuando Jesús ingresa entre la multitud de personas con alguna discapacidad, descubre que había un hombre que hace 38 años tenía una dolencia. Guiado por el Espíritu, Jesús conversa con este hombre y le pregunta: “¿Quieres quedar sano?” Él le responde: “no tengo a nadie”. Él se encuentra completamente solo y sin ayuda. Jesús le dijo: “Levántate, recoge tu camilla y anda”. En fe, este hombre le cree a Jesús y le obedece. Al instante fue sanado, tomo su lecho y se fue.
- Piensa hoy en Jesús no tan sólo como Sanador, sino como Dios, que está ahí presente, y es sabedor de nuestras verdaderas necesidades, confía en Él, sabe lo que te conviene realmente.
- Otra lección que pasa muchas veces inadvertida es la obediencia que tuvo a Jesús, este discapacitado, lo que significó su sanidad. Hoy Jesús nos sigue ofreciendo liberación para nuestro principal problema: el pecado. ¿Le vas a confiar y obedecer, aceptando Su invitación para ser liberado del problema del pecado?
SL/ME
Jesús: El Sanador. “Levántate, recoge tu camilla y anda —le contestó Jesús. Al instante aquel hombre quedó sano, así que tomó su camilla y echó a andar.” -Juan 5:8-9.
Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.