Lectura: Jeremías 6:10-17
Hace algunos años se realizó un estudio sobre personas que tienen problemas con el alcohol; una de las conclusiones fue que quienes alguna vez habían tenido dependencia del licor, con el tiempo podían volver a tomar, pero con medida y sin caer de nuevo en el vicio. No obstante, esta conclusión despertó muchas dudas, así que un grupo de periodistas descubrieron evidencias completamente diferentes a lo concluido en el estudio, pues habían descubierto que algunos de esos alcohólicos “curados”, habían recaído en el vicio, incluso algunos de ellos estaban aún peor que antes, y un par había tomado la terrible decisión de suicidarse.
Los resultados que estos científicos habían asegurado eran confiables, con el tiempo fueron confirmados como poco serios.
Algunos líderes religiosos, son similares a este tipo de científicos, pues en muchas ocasiones se equivocan al realizar conclusiones sobre temas muy importantes, sin tener una cantidad de datos fiables y estudios de calidad que las confirmen.
El profeta Jeremías denunció esto cuando sacerdotes, profetas y predicadores de su época no hablaban la verdad (Jeremías 6:14). Estos falsos maestros no enseñaban nada con respecto al juicio de Dios y el arrepentimiento, ni llamaban a vivir una vida acorde con las enseñanzas divinas. El pueblo había aceptado estas mentiras, pues eran muy convenientes para su desordenada manera de vivir.
Piensa por un momento, y realiza un autoexamen de tu vida, ¿qué tipo de enseñanzas estas escuchando? ¿Son simplemente cosas que te agradan sin desafiarte a vivir una vida según la voluntad de Dios? Debemos verificar siempre lo que nos están enseñando nuestros maestros y ser como los bereanos, quienes luego de escuchar el mensaje de Pablo, dedicaban su tiempo “escudriñando cada día las Escrituras para verificar si estas cosas eran así” (Hechos 17:11).
- No te conformes tan sólo con lo que escuchas en el sermón, estudia la Palabra de Dios cada día, te sorprenderás del crecimiento en tu vida de fe.
- Si conoces la verdad que encuentras en la Palabra de Dios para nuestro tiempo, podrás discernir las mentiras que algunos intentan que creamos.
HG/MD
“Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, prestando atención a espíritus engañosos y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1).
Gracias por compartir esto! Es realmente muy cierto. Y lo terrible es que el daño que se hace es enorme, ya que desaprender lo que se nos ha enseñado mal, muchas veces no sólo que es difícil, sino también doloroso. ¡Qué gran responsabilidad tienen los pastores y maestros de la Palabra!
Gracias por tus palabras Nadia, todo lo hacemos para la gloria de Dios, agradecemos tus oraciones para este ministerio, bendiciones