Lectura: Hechos 22:1-15

Un talentoso artista creyente, pintó un cuadro realista que retrataba a una mujer desolada en medio de una tormenta con un niño en sus brazos.  Luego de terminarlo, el artista meditó por muchos días sobre lo que había pintado y llegó a la siguiente conclusión: “Debo ir a los perdidos en lugar de pintarlos”.

Poco tiempo después empezó a trabajar en barrios muy pobres de su ciudad, mientras estudiaba para prepararse debidamente para el ministerio.  Este joven artista británico tenía por nombre Alfred Robert Tucker (1849-1914), quien tuvo un fructífero ministerio como misionero en Uganda y África oriental por más de 20 años.

El testimonio de Alfred debe llamarnos la atención sobre lo que realmente estamos haciendo con nuestras vidas, debemos preguntarnos si tan sólo estamos viviendo día a día sin ningún tipo de meta o compromiso con el Señor.

Horace Bushnell (1802-1876), escribió unas fuertes palabras sobre este tema: “Los que quedan excusados de dar o de ir son: los que creen que el mundo no está perdido y no necesita un Salvador.  Los que desean que los misioneros nunca hubieran ido a nuestros antepasados y que nosotros fuéramos todavía paganos.  Los que creen que en este mundo uno debe preocuparse sólo por uno mismo, y que, como Caín preguntan: “¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?”  Los que creen que no tienen que rendir cuentas a Dios por el dinero que se les ha confiado.  Y los que no están preparados para aceptar la sentencia final: “…De cierto les digo, que en cuanto no lo hicieron a uno de estos más pequeños, tampoco me lo hicieron a mí” (Mateo 25:45).

1. ¿Qué estás haciendo por Cristo?

2. El Señor nos ha llamado a ser sus embajadores (2 Corintios 5:20) ¿Cómo podemos decir que no?

HG/MD

“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo; y como Dios los exhorta por medio nuestro, les rogamos en nombre de Cristo: ¡Reconcíliense con Dios!” (2 Corintios 5:20)