Lectura: Marcos 4:35-41

Científicos han determinado que uno de los mayores eventos destructivos de la naturaleza son los huracanes, por ejemplo, uno de categoría 5 tiene un poder increíble, se determinó que ni todas las fuentes de energía creadas por el hombre, tienen el poder suficiente para mantener por un día la energía que requieren los vientos rugiendo en estos monstruos de la naturaleza.  

Y si pudiéramos de alguna forma contener en un dispositivo toda la energía que tiene un huracán categoría 1, alcanzaría para suplir de electricidad por cuatro años a todos los Estados Unidos de Norte América.

Todos los que hemos experimentado el poder de un huracán tenemos como emoción en común el miedo.  En nuestra lectura devocional leímos con respecto a una tormenta en el mar de Galilea, que amenazaba con hundir la barca que llevaba a Jesús y sus discípulos.

En medio de la tormenta que arreciaba, los discípulos estaban presos del pánico, por lo que despertaron al Señor quien calmadamente reprendió al viento y al mar diciendo: “¡Calla! ¡Enmudece!” (Marcos 4:39). Literalmente les dijo hagan silencio, tal como si estuviera regañando a un niño bullicioso.  De manera inmediata la tormenta se detuvo y el mar volvió a la calma como si nunca hubiera existido una tormenta.  Los discípulos maravillados dijeron: “¿quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen? (v.41)

  1. ¿Estás en medio de una tormenta?  No olvides que tienes a tu lado a Jesús, el Señor de todo cuanto existe.  Él te brindará la fortaleza para sobrevivir a lo que estás pasando hasta que la calma vuelva a tu vida.
  2. Cuando confiamos en el poder de Dios, su paz impide que entremos en pánico.

HG/MD

“Ellos temieron con gran temor; y se decían el uno al otro: Entonces, ¿quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?” (Marcos 4:41).