Lectura: Salmo 139:17-24
Mi esposa siempre insiste en que al menos una vez al año es necesario que me haga un chequeo físico.
Ciertamente, aunque me siento bien y tengo buena salud, estoy consciente de que estos chequeos de rutina son importantes porque pueden revelar problemas que, si no se descubren a tiempo, pueden convertirse en enfermedades graves. Así que, gracias a estos chequeos el médico puede encontrar y solucionar en la mayoría de los casos, las enfermedades que se detectan y por supuesto esto prolonga nuestro bienestar.
El salmista también estaba consciente de que tenía que hacer lo mismo, pero desde un punto de vista espiritual, y por ello oró al Señor diciéndole lo siguiente: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos. Ve si hay en mí camino de perversidad y guíame por el camino eterno” (Salmo 139:23-24).
Todos al igual que el salmista debemos pedirle al Señor que nos examine, y, luego, someternos a su voluntad; esto nos mantendrá espiritualmente saludables.
- Aunque te sientas bien contigo mismo, ¡es hora de que te hagas un chequeo!
- Sólo Dios conoce la verdadera condición del corazón, y únicamente Él puede perdonarnos, sanarnos y guiarnos para que tengamos una vida limpia y un futuro productivo.
HG/MD
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos. Ve si hay en mí camino de perversidad y guíame por el camino eterno” (Salmo 139:23-24).
Exelente reflexión aveces no nos preocupamos ppr nosotros mismos ya cuando la.enfermedas esta presente ya es muy tarde