Lectura: 1 Timoteo 4:1-11

Eliud Kipchoge (Kapsisiywa) es un corredor keniano de larga distancia y actual poseedor del récord mundial de maratón con un tiempo de 2:01:39. Es dos veces campeón olímpico en maratón, Río 2016 y Tokio 2020. También es el primer hombre de la historia en correr la distancia de maratón en menos de 2 horas en el 2019 en Viena, si bien esta marca la consiguió en condiciones no oficiales que no permiten homologarla como récord, es considerado como el mejor maratonista de todos los tiempos; de las 17 maratones que ha disputado, ha ganado 15. La última fue en agosto 2021 en Sapporo, durante los Juegos de Tokio.  Por supuesto, conseguir este tipo de resultados le ha costado mantener una vida de disciplina y dedicación al atletismo.

El apóstol Pablo también le dijo a Timoteo que tener una buena forma espiritual demanda mucho más que simplemente asistir una vez a la semana a la iglesia, leer la Biblia de vez en cuando, o hablar con Dios tan sólo cuando estamos en apuros.  Es por esto que le recomendó a su discípulo lo siguiente: “Desecha las fábulas profanas y de viejas, y ejercítate para la piedad. Porque el ejercicio físico para poco aprovecha; pero la piedad para todo aprovecha pues tiene promesa para la vida presente y para la venidera” (1 Timoteo 4:7-8).

Pablo no está diciendo que no debemos ejercitarnos físicamente, pues es bueno para nuestros cuerpos, lo que está diciendo es que hay cosas más importantes, y por ello es que en Romanos 12:1-2, nos recuerda que es importante que nuestros cuerpos y mentes estén dedicados a Dios, preparados para su servicio. 

Nuestra meta espiritual al ejercitarnos no es obtener “músculos” espirituales, sino parecernos cada día más a Cristo en su carácter y prioridades, en piedad, en tener una vida que agrade a Dios, en disfrutar de la lectura de su Palabra, en la conversación permanente con Él, en compartir las maravillas de las buenas nuevas con otros.

  1. En la medida que nos entrenemos espiritualmente, estaremos más preparados para correr la carrera de la vida de una forma que agrade a Dios y sea de provecho para nosotros.
  2. Sino pasamos tiempo con Dios diariamente, será imposible tener una buena salud espiritual.

HG/MD

“No se conformen a este mundo; más bien, transfórmense por la renovación de su entendimiento de modo que comprueben cuál sea la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).