Lectura: Romanos 8:1-17
Muchas personas se rebelan contra Dios en sus días de juventud, algunos porque deciden vivir de una forma libertina, otros debido a que no entienden el plan de Dios en ese momento y consideran que todas las injusticias se deben achacar a la falta de acción divina.
Cuando algunas de estas personas llegan a Jesús, y entienden sus errores del pasado, aún sienten muchas dudas con respecto al perdón de Dios por los pecados cometidos y sus consecuencias en el futuro.
Antes de que te sigas golpeando por la culpa, debes entender algunas cosas con respecto a tu decisión de fe y tu entorno:
- Satanás siempre usará la culpa pasada y los errores presentes para hacerte sentir inadecuado para el cielo.
- Tu propia conciencia te recuerda los pecados pasados, y cómo vivías en esos momentos.
- Tanto los amigos no cristianos como los cristianos, en ocasiones pueden señalar tus incoherencias.
Cuando la culpa pasada y los errores presentes te hagan sentir inadecuado para el cielo, aférrate a estas cinco garantías:
- Dios te ama incondicionalmente. Su amor no tiene segundas intenciones (Juan 3:16).
- Tu salvación es segura y no se basa en tu desempeño, sino en su sacrificio perfecto (Efesios 2:8-10).
- Jesús entiende tus debilidades humanas (Hebreos 4:15).
- Jesús no tiene resentimientos contra ti (Juan 15:13).
- Jesús ya ha asumido tu castigo (1 Pedro 3:18).
En la lectura devocional en Romanos 8:1 dice: “Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. Nada ni nadie, te puede separar de Dios, pues estás cubierto en Jesús, por fe, por el perdón de tus pecados (Romanos 8:35-39). El sacrificio de Jesús en la cruz fue tan completo que lavó todos tus pecados. No queda ni una sola pieza de evidencia para condenarte, el asunto es ¿a quién le crees, a Dios, o a ti mismo y al mundo que te rodea?
- Lee nuevamente Romanos 8:1 y confía en su perdón.
- La respuesta de Dios a tus miserables fracasos, cuando te arrepientes y buscas su perdón, es siempre la misma: la gracia. La gracia es el favor de Dios y la bondad hacia ti a pesar de tus fracasos. Los pecados de tu pasado han sido borrados de los archivos por la sangre de Jesucristo.
HG/MD
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no puede compadecerse de nuestras debilidades, pues él fue tentado en todo igual que nosotros pero sin pecado” (Hebreos 4:15).