Lectura: Romanos 12:14-21
Resulta asombroso ver el vuelo de los gansos, la forma en la cual se cuidan unos a otros y cómo se desplazan elegantemente por el aire en una formación similar a una “V”. Al batir sus alas cada ganso crea una corriente de aire que ayuda a volar con menos esfuerzo al que va detrás. Esta formación les permite recorrer mayores distancias con menos fatiga.
Sin embargo, no todo es belleza y elegancia, a estos amigos emplumados les encanta comer hierba y no les importa si te arruinan el césped. Peor aún, los “regalos” que dejan al finalizar su banquete, convierte en una aventura desagradable caminar por el jardín.
Resulta muy interesante ver cómo algunas personas con un carácter difícil pueden ser semejantes a esos gansos. En ocasiones queremos ahuyentarlas de nuestras vidas, pero es entonces cuando Dios suele recordarnos que aun las personas más difíciles tienen algo bello si estamos dispuestos a acercarnos lo suficiente como para descubrirlo; asimismo, nos presentan una oportunidad para extender nuestra comprensión y amor cristiano, ya que pueden estar pasando por una situación complicada en sus vidas.
El apóstol Pablo nos dejó un gran recordatorio sobre este tipo de personas y lo que debemos hacer con ellas; en Romanos nos dice: “Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, tengan paz con todos los hombres” (Romanos 12:18).
Por lo tanto, debemos pedirle a Dios que nos ayude a ser pacientes cuando tratamos con el “lado complicado” de los demás. No siempre lograremos buenos resultados, pero es asombroso ver la manera y frecuencia con las que el Señor arregla estas relaciones.
- Por la gracia de Dios podemos amar a nuestros semejantes, aun a las personas difíciles.
- Señor, ayúdame a ser humilde para descubrir si la persona difícil soy yo.
HG/MD
“Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, tengan paz con todos los hombres” (Romanos 12:18).
0 comentarios