Lectura: Isaías 45:18-22

En los últimos años, muchas personas dicen haber sido “secuestradas” por extraterrestres.  Los expertos indican que estas personas presentan un desorden psicológico, el cual se caracteriza por presentar un comportamiento obsesivo que busca obtener ayuda de otro mundo, alucinan que la ayuda les vendrá de las estrellas, en la forma de extraterrestres de todas formas y colores, que en algunos casos se presentan como buenas criaturas, pero en otros casos se trata de personajes malos y siniestros.

De manera similar, también existen personas que crean sus propios dioses a medida para darle significado y propósito a sus vidas.  El gran problema es que estas deidades son una ilusión y realmente no les pueden ayudar.

En los tiempos de Isaías, las naciones e individuos también adoraban a dioses creados a conveniencia.  Es por esto que el Dios verdadero ordenó a Su pueblo desechar a todos esos dioses falsos y sin poder; en cambio debían adorarlo a Él exclusivamente: “¡Miren a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra! Porque yo soy Dios, y no hay otro” (Isaías 45:22).

Por lo tanto, los dioses imaginarios y extraterrestres, de antes y de ahora, no existen; como consecuencia no nos pueden ayudar, ni librarnos de nuestro principal problema llamado: pecado.

  1. Al contrario de esos dioses falsos, Dios si es verdadero, es más, se hizo carne en la persona de Jesús (Juan 1:14); en conclusión, Él es el único que nos puede ayudar y salvar.
  2. Nuestra única esperanza aquí en la tierra, es recibir ayuda de lo alto del Dios verdadero.

HG/MD

“¡Miren a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra! Porque yo soy Dios, y no hay otro” (Isaías 45:22).