Lectura: 1 Corintios 13:1-13

Hace un tiempo me encontré con un amigo que acababa de cumplir 30 años y quien actualmente no tiene una relación sentimental, a pesar que es un buen hombre, estudioso, con buen trabajo y un creyente comprometido.

Años atrás había estado comprometido con una muchacha, y hasta habían hecho planes de casamiento; sin embargo, un día todo terminó cuando un conductor alcoholizado la atropelló mientras se dirigía hacia su trabajo.  Mi amigo vivió todo el proceso de duelo y dolor, y lidió con todas esas emociones que se sienten cuando se pierde un ser querido.

Un día como hoy, muchas personas sentirán la ausencia del amor, en un mundo donde el amor significa tanto, ¿hay alguna palabra de parte de Dios para todos, tengan o no tengan pareja?

En el primer libro a los Corintios se nos habla de un amor aún más sublime y grande, un amor inigualable, el más maravilloso que podamos imaginar, un amor que: “Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (v.7) Pero, ¿cómo es posible este tipo de amor? Este amor tan solo lo puede proveer Dios quien: “ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Romanos 5:5).

  1. Hoy y mañana, más allá de las flores o tarjetas, hay un amor verdadero que tan sólo podemos encontrar en Dios.
  2. Mientras más entendamos el amor que Dios nos tiene, más amor mostraremos a los demás.

HG/MD

“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” (1 Corintios 13:13).