Lectura: Efesios 5:8-16

Podríamos sentirnos tentados a creer que debido a lo que dice en Efesios 5:16, debemos cuidarnos en exceso porque los días son malos; no obstante, esto no es así, sino que más bien el apóstol Pablo nos llama a que saquemos el máximo provecho al tiempo, usándolo de la mejor manera para la gloria del Señor, debido a que los días son malos.

Los días malos en verdad son días de oportunidad; mientras más malvada sea nuestra cultura, más oportunidades habrá para mostrar que se puede encontrar paz en un mundo donde no la hay.

Dios tiene el control de la historia humana y permite que surjan naciones con sus fronteras, así como también permite sus caídas, para que hombres y mujeres entiendan que necesitan buscar a Dios (Hechos 17:26-27).

Fue durante esta misma historia donde Dios intervino hace más de 2000 años, caminó entre nosotros, murió y resucitó, para llevar vida a las personas que estaban perdidas en sus sendas de perdición, con lo cual se cumplió lo expresado en Isaías 37:20: “…todos los reinos de la tierra conozcan que solo tú, oh Señor, eres Dios”.

Puede suceder que Dios posponga su juicio por algún tiempo, dejando, en algunos momentos, que los “tiranos” malvados crean que pueden hacer lo que quieren, e incluso con ello muchas veces hacen sufrir a los creyentes quienes pasan por pruebas difíciles.  Sin embargo, no podemos perder de vista que mediante estas pruebas nuestra fe es purificada y fortalecida, pues en el caso de los creyentes, sin importar la situación, al final de cuentas el resultado es siempre mejor en comparación con el estado de inicio de estos tiempos difíciles (Romanos 8:28).

  1. No temamos a los tiempos difíciles, son tiempos de oportunidad sin paralelo.  Por eso debemos sacar el máximo provecho de ellos.
  2. Dios, podemos confiar en ti sin importar lo difíciles que parezcan las circunstancias.

HG/MD

“Redimiendo el tiempo porque los días son malos” (Efesios 5:16).