Lectura: Génesis 6:9-18
Un amigo me contó la historia del primer empleo de un joven recién graduado de la universidad, en la carrera de Administración. Lo habían contratado en una empresa de insumos médicos de alta tecnología, a pesar de que él no sabía nada de ese negocio.
El reclutador de la empresa buscaba para el puesto otros atributos y no precisamente el conocimiento en sí mismo; entre algunos de ellos estaban buscando personas con cualidades para resolver problemas de manera creativa, que tuvieran sentido común el cual sin duda es el menos común de los sentidos, que pudiera trabajar en equipo, y la experiencia era un requisito deseable pero no limitante. La idea de la empresa era que los nuevos trabajadores podían desarrollar las habilidades necesarias, siempre y cuando fueran el tipo de personas que ellos estaban buscando.
Al observar a Noé, claramente vemos que no tenía un currículo apropiado para construir el arca, ya que era un granjero, un hombre acostumbrado al trabajo de la tierra, a los arados y a la recolección de los frutos de su trabajo.
Sin embargo, para Dios esa experiencia y conocimientos no eran importantes, y este hombre tenía algo que lo diferenciaba de los demás: “Noé caminaba con Dios” (Génesis 6:9). Dios vio en este hombre atributos extraordinarios, tenía un corazón dócil y dispuesto para el trabajo, había demostrado que tenia la fortaleza moral para resistir la corrupción de su época y sobre todo, como vimos antes, caminaba con Dios.
Aunque no te sientas calificado para servir a Dios, no te preocupes, Él no está particularmente interesado en tus talentos o currículo, sino que valora más tu carácter, tu amor hacia Él y hacia el prójimo, y sobre todo tu disposición a confiar y depender de Él en todo momento.
- Si aún no sirves a Dios, hoy puede ser un buen día para empezar, pídele que te ayude para servirle y ser útil para otras personas como tú.
- Sé dócil y obediente a Dios, Él sabe lo que es mejor para ti.
HG/MD
“Esta es la historia de Noé: Noé era un hombre justo y cabal en su generación; Noé caminaba con Dios” (Génesis 6:9).