Lectura: Proverbios 16:1-3; 9

Era lunes por la mañana, era la hora con más congestionamiento vial, iba camino a una reunión importante, así que decidí salir con lo que creía era tiempo de sobra; puse el App de asistencia de rutas para que calculara mi recorrido y todo iba bien.

Pero, a la mitad del camino, de repente la App indicó: “recalculando”, “recalculando ruta”, “posibles atrasos en ruta”, y todos los vehículos a mi lado empezaron a ir más lento.

Tuve que reírme, pensé por un momento: “Salí temprano, todo iba bien, ¿por qué las situaciones no se adaptan a mis horarios?”.

Desde el punto de vista espiritual, casi nunca pensamos que una “crisis” pueda afectar nuestras vidas, pero si lo vemos de manera realista, puedo recordar varias ocasiones en las cuales las “circunstancias” hicieron que cambiara mis planes en mayor o menor medida.

El rey Salomón sin duda nunca tuvo una app que le dijera: “recalculando la ruta, posibles retrasos…”, pero en Proverbios nos cuenta sobre cómo experimentó ese tipo de situaciones: “Podemos hacer nuestros propios planes, pero la respuesta correcta viene del Señor” (16:1 NTV).  Y tan sólo unos versos después, lo vuelve a reafirmar de la siguiente manera: “Podemos hacer nuestros planes, pero el Señor determina nuestros pasos” (16:9 NTV).  Dicho en palabras simples, podemos suponer cómo pueden ser las cosas, pero Dios tiene la última palabra.

Muchas veces caemos en el error de elaborar planes, pero olvidamos preguntarle a Dios cuáles son los suyos.  Así que, cuando nuestros planes no salen bien, nos frustramos porque finalmente no salió todo como lo planeamos.

Es por ello que debemos dejar que Él sea quien nos guíe; busquemos su consejo en la oración, en la lectura de su Palabra y también en personas que continuamente están buscando su presencia y consejo, pero sobre todo seamos sensibles y humildes para dejar que Él sea quien tome el control de nuestras vidas.

  1. Cambiemos la ansiedad y el ego por la confianza en Dios y su plan.
  2. Los posibles atrasos vendrán, la diferencia está en cómo lidiamos con ellos, ¿con confianza en que con Dios pronto vendrán las posibles soluciones, o con frustración o enojo? Tú decides.

HG/MD

“Podemos hacer nuestros planes, pero el Señor determina nuestros pasos” (Proverbios 16:9).