Lectura: Juan 21:15-19

“Los errores son regalos”, es una frase del artista James Hubbell. Él dijo en una entrevista, que cada vez que trabaja en un proyecto y algo sale mal, no empieza de nuevo, sino que busca una manera de usar el error para hacer otra cosa mejor. 

Nadie puede evitar equivocarse, y todos creemos que podemos encontrar maneras válidas para lidiar con esos errores.  Tenemos la tendencia de tratar de esconderlos, de corregirlos o de disculparnos por ellos.

El apóstol Pedro es un ejemplo bíblico de esta situación, él tendía a hacer y decir lo que le parecía mejor en el momento.  Después del arresto de Jesús, Pedro, por temor, ¡declaró tres veces que no lo conocía!  Sin embargo, más tarde, sobre la base de las tres declaraciones de amor de Pedro, Jesús convirtió su humillante negación en una oportunidad maravillosa de restauración (Juan 21). A pesar de los errores de Pedro en el pasado, el Señor lo reincorporó al ministerio con estas palabras: “Apacienta mis ovejas” (v. 17).

En muchas ocasiones hacemos lo mismo con nuestro pecado, pero a diferencia de nosotros, Dios no nos descarta, Él empieza de nuevo, nos redime y nos convierte en alguien mejor.

Si has cometido un error tan grande que parece irreversible, lo más importante es pedir perdón y ayuda a Jesús, Él puede convertir los errores más graves en las más asombrosas enseñanzas.

  1. Pide perdón, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.
  2. Acepta que no puedes salvarte a ti mismo, y que necesitas de la salvación que sólo Jesús puede dar.

HG/MD

“Le dijo por tercera vez:  Simón hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijera por tercera vez: “¿Me amas?”. Y le dijo: Señor, tú conoces todas las cosas. Tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas” (Juan 21:17).