Lectura: 2 Corintios 12:1-10

Hace algún tiempo se pensaba que los desórdenes nerviosos eran originados tan sólo por una imaginación muy activa y depresiva.  Muchos decían que las personas con agotamiento nervioso y otros síntomas, merecían ser criticadas pues no eran como todos los demás.  El tiempo ha pasado y hoy sabemos que muchas de esas dolencias son el resultado de trastornos fisiológicos en el ADN, o debido a enfermedades de fondo como la diabetes y abuso de sustancias, entre otras causas.

Es fácil tomar a la ligera las dificultades que otros soportan, hasta que nos damos cuenta que no se trata de mentiras, que en verdad están sufriendo. En ocasiones hasta nosotros mismos hemos experimentado en carne propia, los estragos de enfermedades que pensábamos eran creaciones de la imaginación de los demás.

En la escuela de Dios, una de sus enseñanzas más importantes es aprender a solidarizarnos con las debilidades que pensamos no deberían afectarnos como creyentes, o creemos podemos superar fácilmente.  Sin embargo, lo que aprendemos es que Dios no siempre nos libra tan rápidamente y fácilmente como algunas veces pensamos.

El apóstol Pablo era un hombre de fe y fortaleza, no obstante su “aguijón en la carne” (2 Cor.12:7-10), permaneció en él a pesar de sus repetidas suplicas para que el Señor se lo quitara. En lugar de enojarse debido a ese “aguijón”,  Pablo aprendió a dar la bienvenida y convivir con la debilidad, debido a que la fuente de su fortaleza se encontraba en el amor por Jesús.  Es por ello que nos recuerda a todos los creyentes las siguientes palabras: “alienten a los de poco ánimo, a que den apoyo a los débiles, y a que tengan paciencia hacia todos” (1 Tes.5:14).

Por medio de los aguijones emocionales y físicos que Dios permitirá en nuestras vidas, aprenderemos el significado de confiar en Él. De paso en este proceso, aprenderemos también a ser pacientes y amables con todos.

  1. Podemos dar consuelo a otros debido a que el Señor ha sido misericordioso con nosotros.

 

  1. Seamos bondadosos, pues Dios ha sido más que bueno con nosotros.

HG/MD

“Hermanos, también les exhortamos a que amonesten a los desordenados, a que alienten a los de poco ánimo, a que den apoyo a los débiles, y a que tengan paciencia hacia todos” 1 Tes.5:14