Lectura: Mateo 7:1-6
Jesús continúa trabajando en asuntos del corazón con sus discípulos. Los desafía a cambiar su estilo de vida, con respecto al juzgar a otros por su pecado con el propósito de condenarlos. Ya que como seres humanos, somos propensos a juzgar injustamente a otros. Cuando vemos a una persona, funcionamos como un tribunal, tomamos una decisión en nuestra mente sobre su pecado contra nosotros o hacia alguien más. Llevamos a cabo nuestro propio juicio y los castigamos por su pecado. Jesús desea que sus discípulos sean los primeros en examinar sus propios corazones. Que se aseguren de caminar en la luz, como Dios es luz. Dios es luz y en Él no hay ninguna oscuridad (1 Juan 1:5). Por esta razón, es que Dios es un gran juez. Él es luz pura y ve todo perfectamente claro. Él ve todos los puntos de vista de un asunto. Nosotros por otro lado, hacemos juicios de valor terribles porque a menudo vemos las cosas desde un sólo ángulo. Jesús es el único juez justo. 1 Timoteo 4: 1-2 nos dice que Jesús juzgará “a los vivos y a los muertos.”
Jesús desea que sus discípulos primero se auto examinen. Que busquen primeramente en sus corazones para ver si hay oscuridad en sus vidas, para que traten con esta primero. Esto les permitirá ver como “reprender o corregir” a un hermano con la paja en su ojo. Jesús desea que sus discípulos “reprenden o corrijan” a otros, pero que primero confiesen y se vuelvan o arrepientan de sus propios pecados. Luego van a poder ver claramente como “reprender o corregir” a alguien, así no los condenarán, si no que los ayudarán. Ten misericordia y perdona a otros. Jesús dice: “Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.”
Jesús dice: “No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.” Jesús nos dice que la reprensión y la corrección son como perlas y son sagradas. Si das la perla de “reprensión y corrección” a alguien inmaduro va a responder a la defensiva y van a despedazarte verbalmente. Jesús desea que primero sus discípulos examinen sus propias vidas y confiesen cualquier pecado. Luego desea que ayuden a otros al ofrecerles palabras de “reprensión y corrección”.
- Examina a conciencia tu corazón y comprueba que no tienes situaciones pecaminosas que estorben tu andar con Dios.
- Antes de juzgar, piensa en restaurar.
SL/ME
Jesús: El Juez. “En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir en su reino y que juzgará a los vivos y a los muertos, te doy este solemne encargo: Predica la Palabra…” – 2 Timoteo 4:1-2
Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.