Lectura: Salmo 118:1-14
Las personas reaccionamos de maneras muy diferentes cuando enfrentamos la adversidad, en algunos casos manteniendo una actitud positiva y proactiva, pero también, en algunas ocasiones contraemos amnesia espiritual, ya que nos olvidamos de la gracia de Dios y nos empezamos a quejar por la situación.
En el libro de Éxodo encontramos un ejemplo de una pésima reacción cuando los hijos de Israel estaban en el desierto caluroso y árido; fue entonces cuando experimentaron una pérdida de memoria en cuanto a la gracia de Dios. Empezaron a desear volver a Egipto y disfrutar de todos sus alimentos (Éxodo 16:2-3); y después, se quejaron porque no tenían agua (Éxodo 17:2). Habían olvidado los actos milagrosos que había hecho el Señor para liberarlos, y las riquezas que les había provisto en abundancia (Éxodo 12:36). Estaban encerrados en las circunstancias del momento y no recordaban la gracia con que Dios les había suplido en el pasado.
Ante una situación en la cual no reaccionamos tan bien como deberíamos, existe una buena manera de recuperar un corazón agradecido y es apartar un tiempo en el cual no haya distracciones, recordar de manera intencional cómo nos proveyó el Señor en el pasado y dar gracias por su fidelidad.
El salmista nos desafía: “¡Alaben al Señor porque es bueno; porque para siempre es su misericordia!” (Salmo 118:1) La palabra misericordia implica tener un amor inalterable, y se refiere a la fidelidad de Dios. Él prometió estar siempre presente para ocuparse de sus hijos.
- Así que, podemos mejorar nuestra perspectiva al recordar situaciones específicas en las que el Señor nos proveyó en el pasado.
- ¡El amor inalterable de Dios permanece para siempre!
HG/MD
“¡Alaben al Señor porque es bueno; porque para siempre es su misericordia!” (Salmo 118:1)