Lectura: Ezequiel 34:11-16

La siguiente historia nos llega desde la lejana Nueva Zelanda, y es que luego de seis años sin rastro, una oveja fue encontrada en una cueva con el doble de su volumen por la lana acumulada.

Días después, para aliviarla del peso de su rebeldía, la pusieron de espalda para que no se lastimara y fue trasquilada en vivo en un programa de televisión; su lana pesó 27 kilogramos. La oveja “rebelde” se convirtió en el personaje central de al menos tres libros, y contribuyó a recolectar miles de dólares en fondos para una escuela y otras obras de caridad.

La historia de esta oveja rebelde nos ilustra la metáfora que utilizó Jesús cuando se autodenominó el Buen Pastor (Juan 10:11), y cuando Dios se refiere a su pueblo como sus ovejas (Ezequiel 34:31).

El ejemplo de esta oveja rebelde nos muestra lo que les sucede a las ovejas que se separan de su pastor; es una realidad que no tomamos buenas decisiones cuando lo hacemos a solas, y luego el peso de las consecuencias nos aplasta (Ezequiel 33:10). Para aliviar ese peso tal vez tengamos que caer de espaldas durante algún tiempo; cuando terminamos en esta posición es mejor permanecer quietos y confiar en que el Buen Pastor hará su obra sin lastimarnos.

  1. ¡Ya basta de huir! La rebeldía sólo te lastima a ti y a los que te aman, el Buen Pastor te está llamando para liberarte del peso del pecado que te está matando, y para hacerte libre gracias a su sacrificio y resurrección.
  2. El Buen Pastor te está invitando para que vengas y veas que hay otra forma de vivir en este mundo (Juan 1:46).

HG/MD

“Yo soy el buen pastor; el buen pastor pone su vida por las ovejas” (Juan 10:11).