Lectura: Hechos 8:26-40

Desde hace ya algunos años en los Estados Unidos apareció la campaña: Adopte una carretera.  El programa fue originado en los años 80’s cuando el ingeniero James Evans, del Departamento de Transporte de Texas tuvo la idea.  El programa consiste en que de 2 a 3 veces al año, un grupo comunal, una iglesia o empresa, pone a disposición del estado, voluntarios para limpiar de basura una determinada cantidad de kilómetros de una carretera

El pastor de una de esas iglesias que está involucrada en la campaña ha comentado esta práctica: “Hay una gran lección en este programa, si la comparamos la adopción de una carretera, con las responsabilidades de los creyente. Supongamos que los creyentes adoptan un vecindario cercano al lugar donde viven o trabajan, estos asumen la responsabilidad de mantenerlo limpio, y de dar testimonio de Cristo cuando se presenta la oportunidad».

Esto lo podemos comparar a lo que hizo Felipe cuando se acercó al tramo de la camino entre Jerusalén a Gaza, y aunque no estaba allí para recoger basura o ruedas de carretas destrozadas, si fue enviado por el Espíritu Santo para presentarle a Cristo, a un hombre de Etiopía.

1. Como creyentes, hemos sido llamados por Dios para ser testigos de Cristo en nuestras áreas de influencia.  Vamos a usar con sabiduría las oportunidades que se nos dan.

2. El mejor lugar para ser testimonio es donde Dios te ha puesto.

NPD/DCE