Lectura: Lucas 9:18-25
Hay personas que creen que si se abstienen durante algún tiempo de cierto de tipo de alimentos o si renuncian a algo, obtendrán inmediatamente y obligatoriamente alguna bendición divina por su buen comportamiento, pero negarse cosas, no es lo mismo que negarse a sí mismo. En nuestra lectura devocional leímos como el Señor Jesús nos aclara este tema de una forma muy sencilla.
Lucas 9:23 nos dice: “…Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame” (Lucas 9.23), podemos dividir este pasaje en tres partes. La primera parte es la siguiente: “Si alguno quiere venir en pos de mí”, la palabra quiere implica que esto sólo es para creyentes sinceros que desean eso. La segunda parte nos dice: “niéguese a sí mismo”, esto quiere decir que en el creyente existe verdaderamente la disposición a renunciar a su propia voluntad y deseos egoístas. Y la tercera parte no es menos importante: “tome su cruz cada día y sígame” esta frase hace un fuerte énfasis en ser consciente diariamente de que es necesario seguirle de todo corazón, obedecer a Su Palabra, servir a sus semejantes y hasta sufrir llegando incluso dar la vida por nuestro Señor
Siempre será más sencillo abstenernos de cosas, que darnos conscientemente a nosotros mismos, nuestro ejemplo supremo es el Señor quien renunció a sí mismo, y llegó a ofrecer su propia vida. Es por ello que Jesús le ofrece a todos los que renuncian a sí mismos lo siguiente: “Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la salvará” (Lucas 9:24) y termina este pasaje con un verso no menos desafiante: “Pues, ¿de qué le sirve al hombre si gana el mundo entero y se destruye o se pierde a sí mismo?” (Lucas 9:25).
- ¿Y tú, que esperas? ¡Empieza hoy mismo niégate a ti mismo y sigue al Señor!
- Si vivimos para nosotros, ciertamente moriremos, pero si morimos a nosotros mismos, en verdad viviremos.
HG/MD
“Decía entonces a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.” (Lucas 9:23).