Lectura: Romanos 5:1-5

No sé tú, pero una de las cosas que más me llamaba la atención de niño, era salir al jardín de mi casa y ver a los insectos que habitaban en él, entre ellos se encontraban los caracoles que se movían en las plantas. Me resultaba muy interesante ver a estas pequeñas criaturas con su casa en la espalda, una pequeña panza alargada y ojitos que se convertían en periscopios; pero lo que realmente parecía extraño era la lentitud con la que se movían.

¿A qué velocidad se trasladan los caracoles? Un estudio determinó que recorren aproximadamente 12,20 m en una hora. Es por ello que en muchos de nuestros países existe la frase: “¡Tan lento como un caracol!”.

A pesar de que la velocidad no sea una de sus virtudes, si existe una que sin duda los caracteriza: la paciencia. Chales Spurgeon (1834 – 1892), uno de los grandes predicadores del siglo 19, dijo lo siguiente en uno de sus sermones: “Por su perseverancia, el caracol llegó al arca”.

El apóstol Pablo indicó que la perseverancia es un elemento clave en el desarrollo del carácter del creyente, y lo recalcó de la siguiente manera: “sabiendo que la tribulación produce perseverancia” (Romanos 5:3). Sobre este fundamento, es que se construye el carácter y la esperanza (Romanos 5:4).  La palabra perseverancia proviene del griego: “hypomonēn” que implica: “resolución, constancia y resistencia”; y en este pasaje se usa para indicar que los creyentes debemos ser constantes en nuestro andar en la fe, a pesar de las numerosas y angustiantes pruebas que enfrentemos en la vida.

¿Las dificultades nos han hecho tan lentos como un caracol? Cobremos ánimo. Dios no exige que lleguemos rápido, Él espera que progresemos con perseverancia.

  1. La vida no es una carrera de velocidad sino una de larga distancia, en la cual encontraremos diferentes obstáculos, debemos estar preparados para enfrentarlos con las herramientas que encontramos en la Palabra de Dios.
  2. Dios no exige que hagamos las cosas rápida y descuidadamente, Él espera que progresemos con perseverancia y con excelencia.

HG/MD

“Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce perseverancia,  y la perseverancia produce carácter probado, y el carácter probado produce esperanza” (Romanos 5:3-4).