Plan de Lectura: Salmos 55 – 59.
Había líderes corruptos, persecución, conspiración; un hombre piadoso que ora por vindicación, deseo de la justicia divina y pide protección de su vida; aun cuando parece que Dios no oye, la verdad es que Él da la victoria.
Hay una plegaria de denuncia en contra de los jueces que no practican la justicia. ¡Qué ironía! Los jueces llamados a vivir la justicia, muchas veces son los principales corruptos. Aunque en la actualidad con excepción se encuentra un juez probo, amante de la justicia. Note la pregunta retórica, ¿Practican la justicia? ¿Juzgan rectamente a los hombres? La realidad es otra, más bien maquinan la maldad, la violencia y corrompen a la nación.
David, fue perseguido de sus enemigos, quienes enviados por Saúl lo mandaron a matar, felizmente David huyó. Es posible que no tengamos persecuciones físicas y hasta amenazas de muerte; pero si corremos peligros en las ciudades que se llenan de violencia, de robos, de asesinatos. Cada vez los pueblos se vuelven difíciles de transitar. Los hombres sanguinarios están al alquiler a la caza de su víctima. Hombres que están entrenados para matar, para derramar sangre por dinero. Es mejor confiar la vida al Señor, que el seguro de vida.
David dio a luz estos salmos en sus años como fugitivo, cuando su vida corría peligro a manos de Saúl, tal como lo indican los subtítulos escritos por los editores del Salterio de Israel.
1. Salmo 55. Todos hemos pasado por tiempo tristes en nuestras vidas y reaccionamos de formas diferentes. Lo que vemos es el clamor de un hombre desesperado, sin embargo, a pesar de que David les desea la muerte, deja que Dios se encargue de ello. ¿Qué tan difícil te es en ocasiones esperar la justicia divina? ¿Por qué?
2. Salmo 56. ¿Qué debemos hacer cuando tememos lo que nos puede hacer el hombre?
3. Salmo 57. ¿Qué debemos hacer al estar en problemas? ¿Cuán frecuentemente alabas a Dios, sólo los domingos o cada día?
4. Salmo 58. ¿Cuál es el carácter de los hombres malos? También tenemos un enemigo que busca siempre nuestro mal. Leamos 1Pedro 5:8; Apocalipsis 12:9. Estamos en una lucha espiritual, debemos estar preparados para ella (Ef. 6:10-20). ¿Usas tu armadura diariamente?
5. Salmo 59. Al leer este Salmo podemos recordar el Sermón del Monte y recordar que somos dichosos cuando nos persiguen por una causa justa. ¿Qué es lo Dios hará por los suyos?