Lectura: Proverbios 30:11-17

Llegó una tarjeta postal en el correo, luego, llegó otra y una tercera.  No estaban firmadas, pero me dí de que venían de la misma persona, una madre ancianita que había dado todo por su hijo, pero que estaba recibiendo a cambio un cruel abuso.

La señora escribió: ”¿Podrían publicar algunos artículos sobre cómo deben los cristianos tratar a sus padres ancianos y viudos?  He sido victima de abuso verbal y físico por parte de un hijo que procesa ser cristiano.”

Pensar en una tragedia así en el Día de las Madres, puede dar un nuevo significado a este tiempo especial.  Este es un día para celebrar lo bueno de la maternidad.  Es nuestra oportunidad de decir gracias a aquella que alivió nuestros dolores y aplaudió nuestros buenos momentos.  Este es un tiempo para honrar a las madres por ser una luz que guía, una mirada que calma, una guerrera que pelea por lo justo.

Por eso no te limites a un solo día del año.  Si vives aún con tus padres, alábala todos los días y ofrécele ayuda.  Si has dejado el hogar, llama y visita con frecuencia.  Expresa tu amor y tu aprecio a menudo.  Te toca a ti ahora satisfacer las necesidades de tu madre.

Piensa en tu relación.  Te toca a ti ahora satisfacer las necesidades de tu madre.

Piensa en tu relación con tu madre.

1. ¿Le tratas como a alguien especial?

2.  En Costa Rica celebramos hoy a nuestras madres, posiblemente en tu país hayan dispuesto otro día para hacer esto, lo importante es que recordemos lo que dice Efesios 6:2-3:

Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;

para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.  Efesios 6:1-3

NPD/JDB