Lectura: Lucas 19:37-44
Contaba un hombre: “Estaba llenando una encuesta en línea cuando llegue a esta pregunta: “¿Qué es algo que sea verdad con respecto a usted que la mayoría de las personas no imaginarían?” La respuesta es que soy muy sentimental. Se me hace un nudo en la garganta en las películas cuando los violines comienzan a tocar más fuerte, los ojos se llenan de lágrimas, y el niño encuentra a su perro que había perdido hacia mucho – o algo que se le compare. Simplemente soy muy blando cuando se trata de esas cosas”.
Es fácil y seguro ponerse emotivo con personajes y eventos ficticios. Pero es otro asunto sentir profunda tristeza y dolor por personas reales y sus necesidades. El sufrimiento por los turbulentos, los que sufren, los perdidos, y los quebrantados tiende a reflejar el corazón y la compasión de Jesús, quien lloró sobre la turbulenta Jerusalén (Lucas 19:41).
Cuando el pueblo de Jeremías se alejó de Dios y de Su amor, él también sintió la necesidad de llorar. Sintió la carga del corazón de Dios y el quebrantamiento de su pueblo. Llorar parecía ser la única respuesta apropiada (Jeremías 9:1).
Al ver la condición del mundo caído y de lo perdida que están las personas a nuestro alrededor, pidámosle a Dios que nos dé un corazón que refleje el corazón de Cristo – un corazón que llore con El por un mundo perdido y que luego le tienda la mano en amor.
1. Te has hecho últimamente la pregunta: ¿Qué es algo que sea verdad con respecto a usted que la mayoría de las personas no imaginarían? Si la respuesta con honestidad sería: “Soy un creyente en Cristo”, tienes mucho en que pensar con respecto a tu relación con Jesús.
2. Una vida que refleje el corazón de Cristo, NO va ligado a una vida religiosa o llena de actividades de iglesia, se asocia a ser un embajador de Cristo, donde nuestros actos diarios muestren a una persona que refleja las prioridades de Cristo. ¿Eres un embajador de Cristo? (2 Cor.5:20)
NPD/WEC