Lectura: Tito 2:11-15

Un niño estaba jugando en la casa de su abuela cerca de un reloj de pared grande.  El mediodía  se acercaba, y cuando ambas manecillas del viejo reloj llegaron a 12, las campanas comenzaron a sonar.

A él siempre le gustaba  contar cada gong que sonaba.  Esta vez, sin embargo, algo salió mal con el mecanismo interno del reloj. En lugar de detenerse a los 12 repiques, el reloj continúo repicando 13, 14, 15, 16 veces.

¡El chico no podía creer lo que escuchaba! Se levantó de un salto y corrió a la cocina, gritando: “¡Abuela! ¡Abuelita!  ¡Es más tarde de lo que nunca ha sido antes…!” En su emoción, el niño expresó una verdad que todos haríamos bien en considerar.

Es más tarde de lo que nunca ha sido antes en la historia del mundo, en los días asignados para el hombre, y en el calendario de eventos de Dios. Con cada hora que pasa, las palabras de Santiago 5:8 toman un significado adicional: “La venida del Señor está cerca.”  Y que la realidad relatada en 1 Tesalonicenses 4:13-18 y 1 Corintios 15 donde habla con respecto a nuestro futuro como creyentes de este tiempo, se ve más cercano.  “Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. 1 Tesalonicenses 4:18 (RV60).

Este hecho es a la vez reconfortante y aleccionador.  Es tranquilizador saber que el día en que nuestro Salvador volverá otra vez, puede estar muy cerca. Pero al mismo tiempo, honestamente debemos preguntarnos: “¿Estoy viviendo de una manera que traerá Su elogio?”  ¡Piensa en ello!

1. Recuerda: “¡Hoy es más tarde de lo que nunca ha sido antes!”

2. Debes estar preparado para el último momento, con el fin de estar listo en todo momento.

NPD/RDH