Lectura: Eclesiastés 5:9-20

En una conferencia sobre temas prácticos de la vida cristiana se tocó el tema del trabajo; el conferencista apoyó gran parte de su charla en lo que dice el capítulo 5 del libro de Eclesiastés.

Cuando llegó el turno para las preguntas o comentarios, uno de los participantes compartió lo siguiente: “Me hubiera gustado que alguien me explicara estos versículos cuando estaba joven.  Quizás no me hubiera afanado tanto en mi trabajo, y hubiera pasado más tiempo con mi familia y mis pasatiempos”.

Por supuesto, existe una bendición en el trabajo esforzado y honesto, ya que esto nos dignifica como personas.  Sin embargo; algunos cometen el error de creer que el trabajo es la prioridad número 1 en sus vidas y olvidan que debe haber espacio para la tranquilidad, para disfrutar un poco del dinero por el que tanto se han esforzado para ganar y esto nunca debe hacer que se sientan culpables. Muchas personas que realizan sobre esfuerzos en sus trabajos terminan con problemas de salud, a algunas les cuesta meses de recuperación e incluso su vida.

El autor del libro de Eclesiastés entendió que es “bueno” disfrutar de los beneficios que nos permite el trabajo (Eclesiastés 5:8), es por ello que indica lo siguiente: “…lo agradable es comer y beber, y tomar satisfacción en todo el duro trabajo…”; nos invita a disfrutar en familia de las bendiciones de un salario digno.

La Biblia es clara al decirnos que Dios espera que trabajemos (2 Tesalonicenses 3:10), así que, aprende a administrar de manera adecuada tus ingresos para que puedas devolverle a Dios parte de lo que Él te ha dado, ahorrar para proyectos futuros y disfrutar con tu familia de las bendiciones del trabajo.

  1. Pídele a Dios sabiduría para administrar de buena forma tu salario.
  2. Trabaja para vivir, no vivas solamente para trabajar.

HG/MD

“Aún estando con ustedes los amonestábamos así: que si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2 Tesalonicenses 3:10).