Lectura: Salmos 119
A fines del siglo XIX un misionero cristiano había vendido una Biblia en una aldea de Polonia. Al regresar a aquella aldea unos tres años más tarde tuvo la alegría de hallar por lo menos unas 200 personas, las cuales habían recibido a Jesús en su corazón, con tan sólo leer la Biblia. Como poseían un solo ejemplar de la Biblia, los aldeanos habían decidido quitar la cubierta del libro y dividir la Biblia en numerosas porciones, las cuales se pasaban unos a otros por turno, para que todos pudieran leerla. Muchas páginas de la Biblia habían sido copiadas y otras, fueron aprendidas de memoria.
Como el misionero ignoraba esto, reunió a los aldeanos con el propósito de enseñarles a memorizar algunos versículos importantes. Para su asombro pudo comprobar que los aldeanos ya sabían de memoria muchos de los versículos que él pretendía enseñarles.
Estos aldeanos polacos habían abierto sus corazones a la Palabra de Dios.
Pregunta, ¿Es usted receptivo y abierto a la palabra de Dios? ¿Dedica un tiempo diario a la lectura de la Biblia?
Salmo 119:11 dice «En mi corazón he guardado tu palabra para no pecar contra Dios.»
Salmo 119:105 dice: «Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.»
Salmo 119:103 dice: «¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!»
Recuerda, de nada sirve tener una Biblia guardada en la biblioteca si no se la abre para leer y meditar en ella.
1. ¿Alguna vez leiste por completo el Salmo 119?
2. Invertir tiempo en la lectura de la palabra siempre será una ganancia para el alma
LBD/MR