Lectura: Santiago 2:14-18

¿Alguna vez has ido de excursión? A mi desde siempre me han encantado. Recuerdo que siendo niño iba con mis amigos a diferentes lugares cuando salíamos de la Escuela, tratando siempre de imitar a nuestros hermanos mayores: subíamos a los árboles, comíamos frutos directamente de ellos aunque algunos no supieran muy bien, tratábamos de pescar con varas y cuerdas de nylon; por supuesto nunca pescábamos nada, pero lo intentábamos.

En la primaria, una de mis maestras nos estaba enseñando los principios del movimiento, velocidad, fuerza, arrastres y peso, así que nos motivó para construir un auto de madera, en el cual pudiéramos deslizarnos por las colinas a toda velocidad; ella pensaba que una aplicación práctica de lo que aprendíamos en clase, nos beneficiaría y ayudaría a expandir nuestro conocimiento; ahora lo comprendo, en esos días todo era puro juego para nosotros.

Todas estas actividades tienen algo en común: sacan el conocimiento de la cabeza de una persona y lo colocan en el mundo real.

El Señor nos impulsa a hacer lo mismo con nuestra fe.  Santiago 2:17 nos indica lo siguiente: “Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma”.  En este contexto, las obras son como una excursión, ya que sacan la fe de nuestra cabeza y nos llevan a pescar o a construir lo que está allí en el jardín de nuestra mente.

La pregunta obvia es: ¿cómo convertimos nuestra fe en acciones vivas de la vida real?  Antes que nada, debemos comprender que Dios nos manda a hacerlo. El apóstol Pablo recalca este principio al decir: “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10), y son el resultado de su salvación (Efesios 2:8-9).

  1. Existen muchas maneras de llevar tu fe a la excursión, de convertir tus pensamientos en hechos; llama hoy a una persona que pueda sentirse sola en medio de esta pandemia. Ayuda a personas menos favorecidas que tú. Sé amable con tus hermanos. Sonríele a alguien.
  2. Planea hoy tu siguiente excursión de la fe, piensa en algo que puedes hacer por otros.  Comprobarás la satisfacción que sientes cuando obedeces a Dios.

HG/MD

“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).