Lectura: Rut 4:13-22

El profesor de teología de una prestigiosa universidad, quien tenía un concepto más alto de sí mismo que el que debía tener, estaba caminando por el campus cuando se encontró con un joven de primer ingreso quien leía su Biblia durante el tiempo del almuerzo.

El profesor le preguntó por lo que estaba leyendo.  El estudiante contestó: “El apocalipsis”.  El profesor con un aire de grandeza le dijo: “Ah, seguramente no entiendes lo que este libro quiere decir”.  El joven de una forma cortés respondió: “De hecho que sí.  Quiere decir que finalmente Dios gana”.

Al enfrentar los desafíos de la vida, se debe tener siempre presente la verdad absoluta de que finalmente Dios ganará.  Sus planes son perfectos, en ellos no hay equivocaciones, es por ello que es extremadamente sabio unirse a Él y a Su voluntad en vez de luchar contra Él.

En el maravilloso libro de Rut, somos testigos de la providencia divina. En el Plan de Dios se encontraba que Boaz rescatara a Rut y a Noemí de una vida de sufrimientos.  Rut perfectamente pudo haberse amargado por convertirse en una viuda joven, y Boaz pudo haber pensado que Rut como extranjera no merecía su atención a pesar de ser su pariente.

Sin embargo, ambos reconocieron la mano de providencia divina y se unieron al plan de Dios; pero lo más impresionante es que esta historia de amor no termina ahí, ellos serían privilegiados a permitírseles ser descendientes, primero de David, y luego de Jesús (Mateo 1:5-16).

  1. Podemos luchar contra el plan de Dios y seguir adelante con nuestra propia agenda, o podemos unirnos a Su equipo y ser parte del reino de Dios.
  2. Los planes de Dios nunca se equivocan.  

HG/MD

“Venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra” (Mateo 6:10).