Lectura: 1 Juan 4:7-16
Con un área total que ronda los 46 km2, en la costa oeste de Irlanda se ubican las populares islas de Aran; estas pequeñas porciones de tierra son muy conocidas por sus hermosos suéteres de lana de oveja, que a su vez se relacionan con la cultura y el folclore de las tres islas.
Se dice que cada familia que reside allí tiene su propio diseño como marca registrada, el cual es tan distintivo que, si un pescador accidentalmente se llegara a ahogar, los lugareños podrían identificarlo con tan sólo examinar su suéter ya que encontrarían la marca registrada de su familia.
También, en la primera carta del apóstol Juan se describen distintivos de quienes forman parte de la familia de Dios. 1 Juan 3:1 afirma que somos realmente parte de esta familia: “Miren cuán grande amor nos ha dado el Padre para que seamos llamados hijos de Dios…”.
Luego agrega otra de las marcas registradas de los hijos de Dios: “Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Y todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios” (1 Juan 4:7).
- Tal como “el amor es de Dios”, la mejor manera de reflejar el corazón del Padre es demostrando ese amor que lo caracteriza.
- Permitamos que su amor alcance a otros a través nuestro; esta cualidad es una de las marcas registradas de nuestra familia.
HG/MD
“Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Y todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios” (1 Juan 4:7).