Lectura: Isaías 48:17-22
En el museo de Louvre en Paris, se exhibe una pintura muy curiosa en la que podemos observar a Fausto, el personaje del imaginario de Johann Spies. En la historia, el Fausto negocia su alma con el diablo mientras juega una partida de ajedrez con él. El diablo lo observa con una mirada maliciosa y se aprecia un aparente jaque mate al rey Fausto quien parece derrotado.
Se dice que una vez visitó el museo un gran maestro de ajedrez, quien se detuvo durante mucho tiempo frente a la obra para estudiarla con detenimiento. De repente el hombre gritó fuertemente y dijo: “No es jaque mate, el Rey y el caballo aún tienen otra movida posible”, refiriéndose a que el juego de ajedrez no había acabado.
El profeta Isaías hizo algo similar con el pueblo de Judá, asegurándoles que Dios les iba a proveer una salida de escape ante aquella situación en la que se encontraban. A pesar de que iban a ser deportados a Babilonia a causa de su maldad, Isaías les dijo que aún había esperanza y en su momento llegaría el día de la liberación, en el cual tendrían que salir apresuradamente; así como en los días de sus padres Dios había provisto agua para los israelitas, también proveería lo necesario para ellos a lo largo de su camino de liberación.
- Muchos hemos vivido situaciones en nuestra vida donde parecía que todo estaba perdido, la derrota era irremediable y no percibíamos una posible salida; pero oramos y confiamos en nuestro Señor y Él abrió un camino nuevo o que no habíamos visto anteriormente. Dios proveyó una “jugada imposible”.
- Dios es el único rey que nunca podrá ser derrotado.
HG/MD
“La fe es la constancia de las cosas que se esperan, la comprobación de los hechos que no se ven.” (Hebreos 11:1)