Lectura: Hechos 8:9-25

En uno de los episodios de los ahora famosos “reality shows” (Telerealidad – series televisivas o en línea, que cuentan la historia “real” de personas en situaciones diversas), enfocado en el trabajo de la policía, se nos cuenta la situación que vivieron en uno de los arrestos más fáciles de la historia. La situación aconteció cuando un hombre alcoholizado quien conducía un vehículo, se detuvo frente a la ventanilla de una estación policiaca pensando que era la ventanilla de pedido en un restaurante de comidas rápidas, y fue arrestado de inmediato.

Asimismo, un hombre llamado Simón se llevó una gran sorpresa.   En nuestra lectura devocional nos encontramos con este “mago” que engañaba con sus artimañas a los vecinos de Samaria, quien al ver las señales y maravillas que Dios obraba por medio de Felipe (el primero que la Biblia llama evangelista, Hechos 21:8) decidió empezar a “seguir” a Jesús, pero más por el anhelo de tener para si esos “poderes”.  Su sorpresa se dio cuando intentó comprar a los discípulos estos “poderes”, quería hacer las señales y maravillas que ocurrían por medio de estos hombres; por supuesto, Pedro se negó, lo reprendió fuertemente, y le recomendó que se arrepintiera por la maldad que había demostrado con su petición.

Pedro no exageró con su reacción, es muy malo pensar que los dones del Espíritu Santo pueden ser comprados o vendidos.  La obra del Espíritu Santo es don de Dios que Él imparte gratuitamente, basado en la fe y el llamado de cada persona.  Él nos brinda dones para sus propósitos y no para los nuestros.

  1. Gracias Señor por los dones que nos has regalado por medio del Espíritu Santo.
  2. Necesitamos dejar que el Espíritu Santo nos utilice, y no pensar que podemos “utilizarlo” a Él egoístamente.

HG/MD

“Ahora bien, hay diversidad de dones; pero el Espíritu es el mismo.  Hay también diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.  También hay diversidad de actividades, pero el mismo Dios es el que realiza todas las cosas en todos.  Pero a cada cual le es dada la manifestación del Espíritu para provecho mutuo.” (1 Corintios 12:4-7).