Lectura: Gálatas 3:1-14
Una anciana me dijo que ella ama a Jesús, ora con regularidad, lee la Biblia todos los días, y confiesa sus pecados cada noche. Pero ella tiene miedo de morir. Ella no está segura de que Dios va a aceptarla. También dijo que estaba tan ansiosa por ganar (comprar) el favor de Dios, y que le había dado una gran suma de dinero a su iglesia sin el conocimiento de su marido. Ella sabía que esto estaba mal, pero ella dijo: “Lo hice por mi salvación.”
Esta mujer no ha comprendido las palabras de Pablo: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). Ella todavía creía que ella debía obtener la aprobación de Dios por medio sus buenas obras.
Esto es un error común entre los creyentes profesos. El apóstol Pablo tuvo que corregir algunos creyentes de Galacia que tuvieron la misma idea. Hablaron de la necesidad de mantener muchas de las regulaciones del sistema de la ley del Antiguo Testamento. Pablo declaró que Jesucristo, al morir en la cruz, nos redimió de la maldición de la ley (Gálatas 3:13).
1. ¿Crees esto? Has recibido a Cristo como tu Salvador? Si es así, puedes estar seguro de Su obra terminada en la cruz por ti, y regocijarte y dar gracias. No cometas el error común de pensar que puedes COMPRAR Su favor.
2. La salvación es una bendición no devengada, otorgada a un pecador(a) indigno(a).
NPD/HVL