Lectura: Salmos 112:1-10
El agua es un recurso natural valiosísimo. En muchos lugares las personas tienen que recorrer largas distancias para recoger agua en pequeños arroyos que en algunos casos están contaminados, lo cual genera enfermedades y muertes.
Gracias a organizaciones que trabajan a nivel mundial para resolver este problema, poco a poco la situación ha ido cambiando con el aporte del voluntariado y de donaciones generosas, realizadas por personas que forman parte de iglesias cuyos miembros están convencidos de que, además del evangelio que brinda la salud espiritual, las personas necesitan salud física para sus vidas. Por este motivo se están comenzando a cavar pozos de agua, que luego son tratados a fin de lograr la potabilización que se requiere para el consumo humano.
Esta es la clase de amor que debe fluir de los creyentes en Cristo tras haber experimentado el amor y la generosidad de Dios. Pablo afirma en 1 Corintios 13 que, si no tenemos amor, nuestras voces solo hacen ruido en los oídos de la gente, y nuestra fe no significa nada. Asimismo, el apóstol Juan declara que, si tenemos posesiones materiales y las utilizamos cuando vemos que otros tienen necesidades, eso demuestra que tenemos claro el valiosísimo elemento del amor de Dios que mora en nosotros (1 Juan 3:16).
- El Señor desea que seamos compasivos y amorosos con los necesitados porque su corazón es misericordioso con nosotros.
- Esta semana procura compartir con quienes te rodean, parte de las bendiciones que Dios te ha provisto.
HG/MD
“El hombre de bien tiene compasión y presta, y administra sus cosas con justicia.” (Salmos 112:5).