Lectura: 1 Pedro 5:6-11

Toma un segundo para pensar en esta frase: “El carácter de una persona se revela mediante la forma en que reacciona y a lo que recurre cuando está en problemas”

Vuelve a leer la frase de nuevo… Acaso esa no es la razón por la cual muchos jóvenes terminan metiéndose en problemas muy serios, o el motivo por el que muchas parejas terminan divorciadas, o la razón por la que algunos recurren al alcohol y las drogas.

¿Qué revela esta frase de nosotros mismos? ¿Cómo reaccionamos cuando nos vemos enfrentados a un problema con otra persona?  ¿A quién o qué recurrimos cuando estamos en dificultades? ¿Se te ha ocurrido orar cuando pasas por circunstancias complicadas? ¿Cuándo estamos luchando con un pecado en nuestras vidas, que hacemos para vencerlo? ¿Has buscado la sabiduría que encontramos en la Biblia, como un lugar donde puedes encontrar ayuda para salir de tus problemas? ¿Le has pedido ayuda a Dios y has aceptado Su perdón?

Al leer 1 Pedro 5:10: “Y cuando hayan padecido por un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, quien los ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús, él mismo los restaurará, los afirmará, los fortalecerá y los establecerá”, encontramos la clave de a quién puedes recurrir cuando vengan los problemas a tu vida.   Podemos resumir el verso entendiendo que siempre necesitamos mirar hacia arriba, al Dios en el cual confiamos que está lleno de gracia; la única razón para mirar atrás es recordar que Él nos llamó para que fuéramos capaces de reconocer Su gloria, sabiendo que por medio de Él podremos sobrellevar las dificultades de la vida, saliendo fortalecidos en nuestro carácter, con lo cual seremos capaces de compartir con otros las lecciones aprendidas.

  1. Cuando los problemas visiten tu vida, acude a Dios y deja que Él te guíe.
  1. Los desafíos de la vida están diseñados, no para destruirnos, sino para inclinarnos delante de Dios con una actitud de dependencia ante Él.

HG/MD

“Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce perseverancia,  y la perseverancia produce carácter probado, y el carácter probado produce esperanza.  Y la esperanza no acarrea vergüenza porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.” (Romanos 5:3-5).