Lectura: Efesios 4:17-32

Hace algunos años Thomas Lynch escribió un simpático libro titulado: “El trabajo del funerario: Estudios sobre la vida desde la perspectiva de un oficio deprimente”; mediante el cual el autor reflexiona sobre su trabajo como director de funeraria en una pequeña ciudad de Michigan, USA.  Durante sus 25 años de trabajo, tuvo bajo su responsabilidad más de 5.000 sepelios, y toda esa experiencia le cambió la manera de pensar.  Dijo lo siguiente: “Me hace querer resolver los conflictos un poco más rápido, porque he visto personas que salen a trabajar y no regresan a su casa”.

Esto debe hacernos meditar sobre las múltiples ocasiones en las que hemos salido de nuestras casas o hemos apagado las luces de nuestro cuarto, enojados, con una ira que nos carcome, o con arrepentimiento por lo que hemos hecho en nuestro centro de estudio, casa, trabajo; o a un amigo o nuestra pareja.

Muchas veces pensamos que el asunto se resolverá con el tiempo, lo cual casi nunca ocurre; o decimos, “voy a dejar que sufra, mi silencio le hará reflexionar”; todas esas son excusas para esconder nuestra cobardía o miedos.

Las personas que han pasado por pérdidas de seres queridos, nos pueden dar muchas lecciones sobre no dejar que los problemas tomen días sin resolverse; que debemos actuar con premura a la hora de resolver nuestros conflictos.

La Biblia nos aconseja sabiamente en Efesios 4:26-27: “Enójense, pero no pequen; no se ponga el sol sobre su enojo, ni den lugar al diablo”, adicionalmente unos versos más adelante encontramos lo siguiente: “Más bien, sean bondadosos y misericordiosos los unos con los otros, perdonándose unos a otros como Dios también los perdonó a ustedes en Cristo”.  En conclusión, el significado de todo este discurso: lo importante no es lo que los otros nos han hecho, es lo que Cristo ha hecho por nosotros.

  1. Nunca existirá un momento más apropiado que ahora mismo para pedir disculpas, y para ofrecer nuestro perdón.
  1. Restaurar una relación no tiene precio, los dueños de funerarias saben muy bien esto.

HG/MD

“Enójense, pero no pequen; no se ponga el sol sobre su enojo, ni den lugar al diablo”  Efesios 4:26-27.