Lectura: Lucas 23:50-24:12

Hace algunos días, me topé con un papá y su hija en el supermercado, y este hombre me contó lo que le dijo su hija mientras pasaban por la sección de dulces y chocolates: “Papá, mira, hay muchos dulces en forma de conejito (tradición de algunos países de tener para estos días conejos y huevos de chocolate de pascua), pero no veo ninguno en forma de tumba”.

Me pareció muy interesante que hiciera mención a una tumba, y no a la cruz o a un lirio blanco que también son símbolos de la Pascua de Resurrección.  Como mencionamos en el devocional de ayer, hay una tendencia cada vez más común, de omitir los elementos claves de nuestra salvación la cual recordamos en estos días de manera especial.

Así pues, Jesús fue colgado en una cruz, murió sobre ella y luego fue puesto en una tumba donde sus enemigos querían que se quedara; hasta sus más cercanos pensaron que no volvería otra vez.

Al hacer un pequeño estudio de los capítulos 23 y 24, vemos que se menciona muchas veces el cuerpo de Jesús y una tumba; resaltamos tan sólo una de estas menciones que sucedió en la mañana de la resurrección; las mujeres llegaron a la tumba a ungir un cadáver con especias para sepultarlo adecuadamente, pero cual fue su sorpresa cuando unos ángeles les dieron las buenas nuevas: “No está aquí; más bien, ha resucitado…” (Lucas 24:6).

Nuestra vida no tenía sentido, pero el día que Jesús nos encontró y salvó como aquella pequeña oveja perdida (Mateo 18:12-14), todo cambió para siempre, gracias a aquella tumba vacía cercana al Monte de la Calavera (Lucas 23:33;53-56).  Esa tumba vacía sigue gritando hoy un mensaje vivo y poderoso de victoria sobre el pecado y la muerte, y de esperanza viva en Cristo Jesús Señor nuestro.

  1. En estos días recuerda los diferentes elementos de la última semana de nuestro Señor en esta tierra. Piensa hoy en todas las implicaciones de la tumba vacía, si lo comparas con tumbas de líderes “religiosos” quienes simplemente fueron hombres, el mensaje de la tumba vacía sigue hablando: ¡Jesús es Dios y está vivo!
  2. La tumba vacía de Cristo nos garantiza la victoria sobre la muerte.

HG/MD

“Como ellas les tuvieron temor y bajaron la cara a tierra, ellos les dijeron: ¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?” (Lucas 24:5).