Lectura: Juan 12:37-43

La vida para los creyentes en el primer siglo fue muy compleja, plagada de persecuciones, falsos maestros, intrigas y calumnias, sin lugar a dudas era muy peligroso seguir a Jesús. 

Esa era la realidad para las personas que querían seguir a Jesús; vemos un ejemplo de esto en el siguiente párrafo: “No obstante, aun de entre los dirigentes muchos creyeron en él, pero por causa de los fariseos no lo confesaban para no ser expulsados de la sinagoga. Porque amaron la gloria de los hombres más que la gloria de Dios” (Juan 12:42-43).

Y es que eso sigue siendo una realidad en el mundo actual y suele implicar un costo elevado.  En muchas partes del mundo se persigue a los creyentes hasta la muerte. También, algunos podemos sentirnos perseguidos cuando se burlan de nuestra fe, o cuando sospechamos que no nos ascienden en nuestros trabajos debido a que hemos compartido públicamente nuestras creencias en Jesús.

Ciertamente, seguir a Jesús en verdad, está ligado a situaciones complicadas, muchas veces sacrificar nuestra aceptación social, o la estabilidad financiera y en casos más extremos exponer nuestras vidas.

Así que, no sigamos el ejemplo de personas quienes debido a las presiones sociales escondieron su fe, nosotros en cambio sin importar el costo, permanezcamos firmes buscando hacer la voluntad de Dios.

  1. Señor ayúdame a seguir a tu lado.
  2. Dame la valentía para continuar testificando de tu evangelio a pesar de las circunstancias adversas.

HG/MD

“Tú pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que oíste de parte mía mediante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2:1-2).