Lectura: Jueces 1:1-7
El principio de que cosechamos lo que sembramos se enseña y se ilustra muchas veces en la Biblia. Los efectos de nuestras decisiones pueden estar en el aquí y ahora, o pueden ser experimentados en el más allá, cuando estemos ante Dios.
Desde la perspectiva de la eternidad, se puede decir, que es mucho mejor cosechar las consecuencias del pecado ahora en esta vida, debido a que todavía hay tiempo para el arrepentimiento y la restauración.
En Jueces 1, nos enteramos de que el rey cananeo Adoni-Bezec fue uno de los más afortunados en este sentido. En consonancia con la crueldad de sus días, ya que había cortado los pulgares y los dedos gordos de los 70 reyes que tenía capturados, las cosas se volvieron en su contra y tuvo que experimentar las consecuencias de su maldad. Los israelitas capturaron a Adoni-Bezec y le cortaron los dedos gordos de sus pies y manos. El sinvergüenza impío, sin embargo, tuvo el suficiente sentido común para reconocer que Dios le estaba haciendo cosechar lo que había sembrado (v. 7). No se nos dice si él verdaderamente se arrepintió, pero podemos considerar que fue afortunado por haber tenido la oportunidad de hacerlo.
Si estás viviendo o cosechando las consecuencias de tus pecados, detén el ciclo auto-destructivo en el que estás. Aprovecha al máximo el resto de tu vida mediante el arrepentimiento sincero ante el Señor; quien anhela que reconozcas tu necesidad de Él, para perdonarte y guiarte hacia una forma de vida que coseche Su bendición y recompensa.
- ¿Qué es lo que está cosechando nuestra sociedad actual, olvidándose de los principios expresados en la Palabra de Dios? ¿Qué estoy cosechando personalmente con mis acciones? ¿Qué necesito para detener la siembra de cosas malas en mi vida? ¿Qué estás esperando para iniciar la siembra de cosas buenas y positivas en tu andar con Dios?
- ¡Tus escogencias actuales determinarán tus recompensas futuras! Hoy puede ser el primer día del resto de tu vida: “¡He aquí ahora el día de salvación!” (2 Cor.6:2b).
HG/MD
“Porque la tristeza que es según Dios genera arrepentimiento para salvación, de lo que no hay que lamentarse; pero la tristeza del mundo degenera en muerte” (2 Corintios 7:10)