Lectura: Hechos 5:1-11

Un día soleado, cuatro estudiantes de secundaria no pudieron resistir la tentación de faltar a clases.  A la mañana siguiente le explicaron a la profesora que habían faltado porque a su auto se la había reventado un neumático.  Para alivio suyo, la profesora sonrió y dijo: “Bueno, se perdieron de una prueba que dimos ayer, por tanto tomen sus asientos y prepárense para la prueba individual escrita”.  Luego dijo: “Primera pregunta: ¿cuál fue el neumático que se reventó?

Nadie puede salir adelante diciendo mentiras.  En Hechos 5, Ananías y Safira pensaron que estaban mintiendo sólo a Pedro y a los otros creyentes.  Pero el apóstol dijo a Ananías: “No has mentido a los hombres, sino a Dios” (Hechos 5:4).

La verdad es un atributo de Dios.  Cuando mentimos lo ofendemos.  Y tarde o temprano.  Dios revelará toda falsedad, si no en esta vida, en el juicio.  (Romanos 14:10-12).

Vivimos en un mundo sumamente competitivo, y a veces podríamos sentirnos muy tentados a enmascarar la verdad para salir adelante.  Pero las ganancias rápidas que se obtienen como resultado de la mentira valen muy poco en comparación con los beneficios a largo plazo que deja el decir la verdad.

  1. Si has engañado a alguien, confiésalo a esa persona y al Señor. Puede que sea humillante, pero es el primer paso para restaurar la integridad en tu vida.
  1. Para evitar mentir, no hagas nada que tengas que ocultar, para no sufrir serias consecuencias.

NPD/DJD