Lectura: Colosenses 4:2-6

En un estadio deportivo el muchacho estaba tratando de vender bebidas naturales para calmar la sed de los espectadores, así que se fue por las graderías gritando: “Bebidas naturales, ¿quién quiere tomar una de ellas?”  Cuando llegó al final del recorrido estaba muy cansado, pues aún cargaba todas las bebidas ya que no había conseguido vender ni una de ellas.

Un hombre que estaba viéndolo, al notar la tristeza en el rostro del muchacho pidió que le entregara una de sus bebidas; luego de pagarla, el hombre empezó a caminar por la gradería diciendo: “Ah, qué bebida más refrescante, con este calor es todo un alivio poder beberla”.

Luego le dijo al muchacho que volviera a intentar venderlas, pero mostrando el producto: “Habla de su sabor, de la frescura de sus ingredientes y de la necesidad que tenemos de beberla”.  Entonces, así lo hizo, y al terminar con la última gradería ya no tenía bebidas. ¿La diferencia? Las bebidas se habían vuelto atractivas para los clientes potenciales.

Esta sencilla historia nos recuerda una manera en que podemos interesar a los demás y ser creativos a la hora de presentar el evangelio de Jesús.  Podemos hablar con otros demostrándoles el impacto que ha producido en nuestra vida.

El apóstol lo resume de la siguiente manera: “Anden sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo” (Colosenses 4:5).  Demostremos honestidad, amabilidad, amor y compasión a los demás; quienes nos observan se preguntarán por qué, y eso puede darnos la oportunidad de hablarles de la belleza del amor de Dios hacia ellos.

  1. Seamos sabios y claros al presentar el evangelio, aprovechemos al máximo cada momento pues los que aún no conocen a Jesús necesitan ver los resultados verdaderos de una vida cambiada gracias a su amor.
  2. Te pedimos Señor que nos brindes creatividad para poder mostrar atractiva y contundentemente, cómo el sacrificio y resurrección de Jesús es lo que las personas necesitan.

HG/MD

“Anden sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo” (Colosenses 4:5).