Lectura: 2 Corintios 5:1-8
¿Qué piensas al oír las palabras: “Ruido, Vibración, Presión, Poder”? Estas fueron las palabras que utilizó el astronauta Chris Hadfield para describir lo que sintió cuando estaba de camino al espacio.
Mientras el cohete subía velozmente en su camino hacia la Estación Espacial Internacional, el peso de la gravedad aumentaba a cada segundo y se le hacía más difícil respirar. En un momento dado, durante la travesía pensó que se desmayaría, pero tan sólo unos momentos después la nave entró en la ingravidez; entonces, en lugar de desmayarse su reacción fue reír.
Durante aquel viernes de la pascua judía a Jesús le sucedió algo similar. En un instante Dios cargó sobre Él todo el peso del pecado de todo el mundo, hasta que no pudo respirar más. Entonces Jesús exclamó: “¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!” (Lucas 23:46).
No obstante, al tercer día la vida volvió a su cuerpo, y es por ello que la muerte no tiene poder sobre Él. Un día, esperamos que sea muy pronto, todos los que hemos puesto nuestra fe y confianza en Jesús como nuestro Señor y Salvador, nos uniremos a Él para siempre. y posiblemente miraremos atrás, a esta vida en la Tierra y nos reiremos.
- Un día el “ruido, vibración, presión y poder” de este mundo desaparecerán, y serán reemplazados por el gozo eterno que nos espera con Jesús a todos sus seguidores.
- Hoy recordamos el precio que nuestro Señor tuvo que pagar por tu salvación y la mía, demos gracias a Él.
HG/MD
“Porque sabemos que si nuestra casa terrenal, esta tienda temporal, se deshace, tenemos un edificio de parte de Dios, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos” (2 Corintios 5:1).
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