Lectura: Marcos 14:3-9
Cuando regresaba de un viaje, un amigo quiso elegir algunos regalitos para sus hijos. El empleado de una tienda del aeropuerto le recomendó varios, pero eran muy caros.
Entonces, mi amigo le dijo: “No traigo tanto dinero. Necesito algo más barato”. El empleado trató de hacerlo sentir como un tacaño, pero mi amigo sabía que sus hijos estarían felices con cualquier cosa que llevara porque realmente él lo hacía de corazón. Y tenía razón… los regalos que les llevó les encantaron.
Durante la última visita de Jesús a Betania, María quiso mostrarle que lo amaba (Marcos 14:3-9). Entonces, tomó “un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio” y lo ungió con él (v. 3). Los discípulos preguntaron enojados: “¿Para qué este desperdicio?” (Mateo 26:8). Entonces, con el fin de que dejaran de molestarla, Jesús les dijo acerca de ella: “ha hecho una buena obra conmigo” (Marcos 14:6). A Jesús le encantó el regalo de María porque provenía de un corazón agradecido. ¡Incluso fue hermoso que lo ungiera para la sepultura!
- ¿Qué te gustaría darle al Señor para mostrarle tu amor: tiempo, talentos, tesoros? No importa que sea barato o caro, ni que otros te entiendan o te critiquen.
- Para Él todo lo que surge de un corazón lleno de amor es hermoso.
HG/MD
“Pero Jesús dijo: Déjenla. ¿Por qué la molestan? Ella ha hecho una buena obra conmigo.” (Marcos 14:6).
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