Lectura: Lucas 18:18-27
Contaba una dama creyente: «Incontables veces me he escuchado a mí misma decir, “Voy a hornear una torta.” Luego un día me di cuenta que jamás había horneado una torta en mi vida – sólo mi horno puede hacerlo. Yo simplemente mezcló los ingredientes correctos y dejó que el horno haga su parte. Por medio de esa división del trabajo, tengo el gozo de ver a los demás saborear y disfrutar de una deliciosa torta.»
«Dios usó mis reflexiones de tazón para aclarar un dilema que una vez tuve después de comenzar un estudio bíblico en mi barrio. Una cosa era reunir a mis vecinos para estudiar la Biblia, pero otra era verlos creer y seguir a Cristo. Me sentía impotente. De repente, vi lo que era obvio. Al igual que hornear tortas, me era imposible hacer cristianos, pero no lo era para Dios. Yo había mezclado los ingredientes correctos – un hogar abierto, amistad, amor. Ahora tenía que confiar en que el Espíritu Santo, por medio de Su Palabra, haría Su obra. Cuando coopere con esa división del trabajo, tuve el gozo de ver a los demás saborear la bondad de Dios.»
En Lucas 18:18-27, Jesús describió tan vívidamente algunos obstáculos para la fe salvadora que Sus oyentes comenzaron a preguntarse si alguien podría salvarse. ¿Te sientes así con respecto a alguien? Anímate con el enfático recordatorio del Señor de que hay algunas cosas que sólo Dios puede hacer. Salvar a las personas es una de ellas.
- ¿Te has sentido frustrado al ver que tus esfuerzos evangelísticos no tienen “frutos”? ¿Te ayudó la lectura de este devocional?
- Dios quiere ser parte de tu vida, y ayudarte para que seas un ejemplo de lo que puede ser y hacer una persona transformada por Su poder. ¿Estás dispuesto a pagar el precio de ser un ejemplo para Cristo?
NPD/JEY