Lectura: Filipenses 4:4-13
Hace algún tiempo compramos uno de esos muebles para armar que vienen con todos los materiales e indicaciones, y como buen hombre me dije, ¿quién necesita instrucciones? Con el mueble venían todas las piezas de madera cortadas y con los agujeros correspondientes, además incluía los tornillos para armarlo.
Entonces, luego de pasar mediodía tratando de armar aquel mueble, me volví a preguntar: ¿quién necesita instrucciones? La respuesta ahora fue más que evidente: Yo. Con las instrucciones en mis manos logré terminar el trabajo en una hora.
Lamentablemente, pocas situaciones en la vida son así, ya que no incluyen instrucciones sencillas ni tenemos a mano todas las piezas necesarias. En este mundo enfrentamos circunstancias sin tener una idea clara de lo que implicará ni lo que obtendremos. Con facilidad, quedamos abrumados ante esos momentos difíciles.
Sin embargo, no hay razón para enfrentar esas cargas sin ayuda. Dios desea que se las entreguemos a Él: “Por nada estén afanosos; más bien, presenten sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7).
- Tenemos un Salvador que comprende nuestra situación y nos ofrece su paz en medio de las luchas diarias de la vida.
- Si bien es cierto en la Biblia no encontraremos todas las instrucciones específicas para cada situación de nuestra vida, si tiene principios aplicables a todo lo que enfrentaremos en nuestro andar de fe; entonces lee tu Biblia y ora a Dios para que cada día puedas obtener una dirección correcta.
HG/MD
“Por nada estén afanosos; más bien, presenten sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6).