Lectura: Mateo 5:13-16

Cuando llega el mes de diciembre, en muchos lugares inicia la deslumbrante exhibición de luces navideñas en casas, oficinas, calles, centros comerciales, y por doquier.

En algunos lugares es tan espectacular la decoración que la gente viaja desde lejos y forma fila durante horas para ver las luces coloridas y titilantes, y escuchar la música programada como acompañamiento.

Al pensar en esas luces que alumbran estos días, me viene a la mente la Luz que hace que este sea un tiempo de celebración; se trata de una Luz sencilla pero tan brillante que ilumina al mundo entero con verdad, justicia y amor. Esta Luz, Jesús, es todo lo que la humanidad anhela y busca (Isaías 9:2, 6-7). Y Él les dijo a sus seguidores que exhibieran esa luz, para que otros vean y glorifiquen a Dios (Mateo 5:16).

Tan sólo imagina si los creyentes trabajaran con tanto esfuerzo como para hacer brillar y sincronizar la luz del amor de Dios, tal y como hacen las familias y empresas al iluminar sus calles con luces navideñas. Quizá así, las personas que aún viven en la oscuridad harían un esfuerzo para ver esta gran Luz, el Dios hecho hombre. Emanuel: Dios con nosotros (Mateo 1:23), quiere brillar en tu corazón y en el corazón de todas las personas que te rodean.

  1. Como creyentes debemos trabajar para mostrar el amor de Dios a otros, así el evangelio brillará con más intensidad y atraerá más personas a Cristo, la Luz del mundo.
  2. Permite que la Luz verdadera brille a través tuyo.

HG/MD

“Así alumbre la luz de ustedes delante de los hombres, de modo que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos” (Mateo 5:16).