Lectura: Salmos 37:1-24

Cuando eramos niños, nos encantaba escuchar tres palabras que se gritaban de forma muy lenta  antes de iniciar una carrera en el parque infantil: «Preparados…Listos…Fuera”.   Pero, ¿alguna vez has estado en medio de una competencia corriendo  a toda velocidad y escuchaste las palabras: “¡Preparados…Listos…DETENGANSE!?

Howard Westlund, un pastor ocupado del área de Chicago, habló de esa experiencia.   En una carta a su congregación, dijo: «Yo estaba listo para una noche llena de actividades, que incluía la participación en nuestro grupo de jóvenes.  Cuando  de repente experimente la frase: ¡Preparados…Listos…DETENGANSE!»

Howard fue trasladado de urgencia al hospital con una infección grave en su pierna.  Durante ese tiempo, se acordó de una versión parafraseada del texto que tenemos de lectura: “El Señor ordena nuestros arranques y las paradas.”  Sí, ese pastor ocupado, había sido llevado a una abrupta pausa.

Posteriormente Pastor Westlund escribió: «Yo no estaba preparado para una parada. ¿Cómo te preparas para lo que no estás listo?   ¡No había perdido ningún servicio, producto de una enfermedad en 25 años!  Cuando Dios nos dice que paremos, podemos lamentarnos, quejarnos y discutir, con respecto a cuánto queremos estar en la posición de “Fuera”. O simplemente podemos esperar, con una creciente confianza, en Él que hace todas las cosas bien.

Howard eligió la segunda opción y se dio cuenta tenía que continuar confiando en que Dios es la única manera de prepararse para las cosas que no estamos preparados.

  1. ¿Has aprendido esa lección vital?
  2. Dios puede usar las paradas de la vida, para mantenernos en movimiento

NPD/ JY